Se llama Mario Bonfanti, tiene 41 años, era el cura de la pequeña localidad italiana de Lecco y tiene revolucionada a la curia romana con sus incendiarios mensajes en las redes sociales. En el mes de febrero pasado pidió desde su perfil de Facebook la apertura de la Iglesia hacia las parejas homosexuales asumiendo que sus palabras causarían estragos en el seno del Vaticano y ahora ha usado su perfil para decirlo abiertamente: "En efecto: "Soy gay y un felicísimo sacerdote gay".
¿Sólo una provocación o una confesión?, se preguntan en los medios de comunicación italianos. Bonfanti ha explicado a sus fieles y a todo el mundo los motivos de su salida pública del armario: "Porque, como está escrito por Margaret Graglia en su magnífico libro "Homofobia", el silencio es una forma sutil y muy grave de la homofobia y, lamentablemente, a menudo la Iglesia Católica guarda un íntimo silencio sobre estos temas. Hoy es el día que romper la pared tomertosa y homófoba del silencio y públicamente declarar mi identidad homosexual, no por chulería, ni por orgullo, ... simplemente para ser uno mismo y vivir en la verdad. Espero que ahora muchos católicos gays y lesbianas tengan el coraje de declararlo".
El sacerdote había saltado a los titulares cuando había compartido en el popular sitio de redes social un enlace de Amnistía Internacional que decía: "Cada día, incluso en Europa, personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero se les niega el derecho a la libertad de expresión, de reunión y de manifestación". Bonfanti le puso un comentario personal a la cita agregando que la Iglesia italiana está muy por detrás en este tema.
Sus pensamientos habían sido juzgados inaceptables por la Curia milanesa encabezada por el cardenal Angelo Scola, quien es miembro de Comunión y Liberación. Y así Bonfanti fue cesado de su cargo. El sacerdote solicitó y consiguió un período de tiempo para reflexionar y recuperarse de lo sucedido. Sin embargo, sus fieles lo apoyaron y en su defensa nació el Comité 'Yo estoy con don Mario', que se encargó de recoger firmas en su apoyo para luego enviárselas a la residencia del arzobispo. El sacerdote, lleva mucho tiempo hablando a favor de la integración por parte de la Iglesia hacia ciertas categorías excluidas como los homosexuales y el divorcio, ahora, desde el mes de marzo en su nuevo destino en la parroquia de Pandey.
Bonfanti quiere seguir luchando para abrir la mente de la iglesia católica y lo deja claro incluso poniendo como ejemplo la figura de Jesús: "Quiero seguir el camino de Jesús, quien, ante el muro de incomprensión de las jerarquías religiosas de su tiempo, en algún momento renunció a reclamar sus propias razones, incluso sólo con el poder de la palabra". Además anuncia desafiante al poder del Vaticano: "En unos días voy a hacer otra revelación".
¿Sólo una provocación o una confesión?, se preguntan en los medios de comunicación italianos. Bonfanti ha explicado a sus fieles y a todo el mundo los motivos de su salida pública del armario: "Porque, como está escrito por Margaret Graglia en su magnífico libro "Homofobia", el silencio es una forma sutil y muy grave de la homofobia y, lamentablemente, a menudo la Iglesia Católica guarda un íntimo silencio sobre estos temas. Hoy es el día que romper la pared tomertosa y homófoba del silencio y públicamente declarar mi identidad homosexual, no por chulería, ni por orgullo, ... simplemente para ser uno mismo y vivir en la verdad. Espero que ahora muchos católicos gays y lesbianas tengan el coraje de declararlo".
El sacerdote había saltado a los titulares cuando había compartido en el popular sitio de redes social un enlace de Amnistía Internacional que decía: "Cada día, incluso en Europa, personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero se les niega el derecho a la libertad de expresión, de reunión y de manifestación". Bonfanti le puso un comentario personal a la cita agregando que la Iglesia italiana está muy por detrás en este tema.
Sus pensamientos habían sido juzgados inaceptables por la Curia milanesa encabezada por el cardenal Angelo Scola, quien es miembro de Comunión y Liberación. Y así Bonfanti fue cesado de su cargo. El sacerdote solicitó y consiguió un período de tiempo para reflexionar y recuperarse de lo sucedido. Sin embargo, sus fieles lo apoyaron y en su defensa nació el Comité 'Yo estoy con don Mario', que se encargó de recoger firmas en su apoyo para luego enviárselas a la residencia del arzobispo. El sacerdote, lleva mucho tiempo hablando a favor de la integración por parte de la Iglesia hacia ciertas categorías excluidas como los homosexuales y el divorcio, ahora, desde el mes de marzo en su nuevo destino en la parroquia de Pandey.
Bonfanti quiere seguir luchando para abrir la mente de la iglesia católica y lo deja claro incluso poniendo como ejemplo la figura de Jesús: "Quiero seguir el camino de Jesús, quien, ante el muro de incomprensión de las jerarquías religiosas de su tiempo, en algún momento renunció a reclamar sus propias razones, incluso sólo con el poder de la palabra". Además anuncia desafiante al poder del Vaticano: "En unos días voy a hacer otra revelación".
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