El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault (en la fotografía), ha anunciado que el proyecto de ley que abrirá el matrimonio a las parejas del mismo sexo será presentado en consejo de ministros el próximo 31 de octubre. La ley consistirá en una reforma del Código Civil que definirá el matrimonio como “contraído por dos personas, del mismo o de distinto sexo”.
La reforma otorgará automáticamente a las parejas casadas del mismo sexo los derechos de los que gozan actualmente las parejas casadas heterosexuales, como la adopción conjunta. Ese será, previsiblemente, el único contenido del proyecto, lo que no acaba de satisfacer a los colectivos LGTB, que han pedido al gobierno francés que incluya todas aquellas reformas legislativas que sin tener que ver estrictamente con el matrimonio son necesarias para asegurar la igualdad jurídica de las parejas del mismo sexo. Entre ellas, el acceso a las técnicas de reproducción asistida de las parejas de lesbianas o la regulación de los derechos de parentalidad de las parejas no casadas.
El gobierno francés, sin embargo, se muestra reacio a acometer de una sola vez todas las reformas, que según Jean-Marc Ayrault serán abordadas posteriormente en un texto complementario. Da la impresión, de hecho, de que existe cierta división en el gobierno respecto a la urgencia de algunas de las medidas. Mientras que en septiembre la ministra de Justicia, Christiane Taubira, dejaba claro que autorizar el acceso a las técnicas de reproducción asistida a las parejas del lesbianas quedaba fuera del proyecto, e incluso afirmaba que ello no formaba parte del programa electoral de 60 puntos del presidente francés François Hollande (que sí ha manifestado su compromiso al respecto en otros lugares), la portavoz del gobierno Najat Vallaud-Belkacem ha querido tranquilizar este jueves a los colectivos LGTB asegurando que la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo y a la adopción conjunta -una vez casadas- es solo un primer paso que tendrá continuidad en reformas posteriores.
Alcaldes de derecha anuncian su oposición
El proceso de aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en Francia está reproduciendo, en cualquier caso, las mismas reacciones homófobas que conocimos por ejemplo en España hace ya ocho años. A la feroz oposición de la iglesia católica hay que sumar el rechazo de la oposición de derecha, varios de cuyos alcaldes han reclamado su supuesto “derecho” a objetar y no celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo (hace pocos días uno de ellos equiparaba la homosexualidad con la poligamia, el incesto o la pedofilia).
No parece, sin embargo, que el gobierno francés vaya a incluir en la ley excepciones que permitan discriminar a las parejas del mismo sexo a la hora de contraer matrimonio. Tanto el primer ministro Ayrault como la portavoz Vallaud-Belkacem han negado tal posibilidad, si bien el primer ministro ha recordado que en la actualidad los alcaldes ya pueden delegar la celebración de matrimonios civiles en otras personas (una situación similar a la española, de hecho).
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