sábado, 20 de octubre de 2012

Diversidad sexual y diversidad cristiana: saliendo del closet ético y teológico |Por Luis Tapia


El día 29 de Septiembre de 2012 se realizó en Santiago de Chile la XIV marcha por la diversidad sexual. En esa ocasión un grupo de amigas y amigos decidimos participar destacando nuestra identidad como cristianos y cristianas. Desde fines del año pasado habíamos iniciamos un grupo que denominamos “Tal como eres”, con el objetivo de buscar la inclusión de la diversidad sexual tanto en las iglesias como en la sociedad chilena en general. La marcha fue el momento de darle visibilidad al grupo y de convocar a toda persona que desde su identidad cristiana está en contra de la discriminación y la exclusión de la diversidad sexual. Para ello desarrollamos una fuerte campaña a través de las redes sociales, que incluyó un evento de facebook con la información de convocatoria y contacto. Ya que dicho evento era de libre acceso en la red social, muchas personas nos hicieron saber su opinión ante la convocatoria, tanto de Chile como del resto del mundo. Algunas personas, en su mayoría cristianas evangélicas, nos hicieron saber su descontento, mientras otras personas nos apoyaban con sus mensajes. Debido al contenido negativo de la mayoría de los mensajes que recibimos, podemos reflexionar sobre el cristianismo actual y su relación con el tema de la diversidad sexual.
Una de las cosas que más sorprenden es que muchos cristianos y cristianas están completamente encerrados en su tradición eclesial, denominacional y teológica. Esto hace que simplemente desconozcan el hecho de que hay iglesias y comunidades de cristianos/as que no tienen problemas con la diversidad sexual dentro de sus iglesias, tal como una de las denominaciones luteranas en Chile y muchas iglesias en el mundo. El hecho de calificar a un cristiano o cristiana como “hereje” o “anatema” por no sostener lo que su iglesia o denominación cree con respecto al tema, muestra el nivel de sectarismo del cristianismo actual. Este sectarismo hace que, además, muchos cristianos y cristianas sean completamente ignorantes sobre el asunto. Esto no se refiere sólo a un desconocimiento de las posturas teológicas con respecto al tema, sino a una tremenda ignorancia en el ámbito de la educación sexual, específicamente en temas de género y orientación sexual. Evidencia de esto son los discursos públicos que las iglesias proclaman sobre el tema, discursos falaces e irrisorios, por no decir grotescos.
De esta ignorancia no sólo tienen culpa los miembros de las iglesias, sino que los principales culpables son los pastores y pastoras, líderes y lideresas, teólogos y teólogas. Son ellas y ellos los que, por una mal entendida “prudencia pastoral”, no se atreven a enseñar la pluralidad de posturas sobre las creencias y doctrinas cristianas, ni la pluralidad de opiniones éticas frente a diversos dilemas morales. Si la mayoría de los pastores ni siquiera enseñan la crítica bíblica en las iglesias locales, por poner sólo un ejemplo de un tema bíblico-teológico ya asumido en la academia pero temido en la iglesia local, menos se puede esperar que se enseñen las posturas éticas sobre la diversidad sexual. Y, aunque no lo parezca, la ignorancia en el tema ético de la diversidad sexual está estrechamente relacionada con la ignorancia bíblica-teológica, ya que el literalismo bíblico ingenuo, presente en la mayoría de las iglesias evangélicas, hace que muchas personas rechacen la diversidad sexual sólo porque la Biblia supuestamente lo hace.
Por este desconocimiento e ignorancia del mundo cristiano y su diversidad de doctrinas, éticas y posturas teológicas, se piensa que los que están a favor de la inclusión de la diversidad sexual en la iglesia y sociedad son únicamente gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Muchos asumen que los planteamientos éticos y teológicos a favor de la diversidad sexual son sólo maneras de justificar acciones y creencias. Esto es completamente falso. Hay muchas iglesias que no son exclusivamente de personas LGBT y que, sin embargo, sostienen posturas teológicas inclusivas y no entienden la diversidad sexual como algo intrínsecamente malo o negativo. En el grupo “Tal como eres” hay personas homosexuales, heterosexuales y lesbianas, y personas que ni siquiera se dejan definir bajo este tipo de clasificaciones. Si personas de diversas orientaciones sexuales y de diversas tradiciones eclesiales nos unimos luchando por la inclusión es porque consideramos que la no discriminación es un derecho humano. Que triste es ver que en las iglesias no sólo se violan estos derechos, sino que ellas mismas son un impedimento para que se reconozca la diversidad sexual en toda la sociedad.
Extraño fue para muchas personas ver a cristianos y cristianas marchando a favor de la diversidad sexual. Habituadas están a que las y los cristianos defiendan teologías e ideologías del pasado relegando a los hombres y mujeres de aquí y de ahora. Lo curioso es que aquel carpintero de Nazareth, el maestro que los cristianos decimos seguir, se hizo enemigo de toda la religión judía y de todo el orden social imperante justamente por defender a hombres y mujeres concretos de teologías e ideologías perversas. Sus palabras más fuertes las proclamó en defensa del ser humano contra la religiosidad y moralidad de su tiempo. Tal como denunció la opresión de normas que se arrogaban la pretensión de ser divinas, afirmando que “el sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado” (Marcos 2:27), así mismo estaría hoy, marchando con un cartel en la mano, luchando por el reconocimiento de la diversidad sexual. No son los seres humanos los que tienen que acatar las normas sexuales de antaño, diría Jesús, aunque se anuncien en el nombre de Dios, sino que son las normas morales las que debe adaptarse a las necesidades y el bienestar de toda persona, pues éstas deben estar al servicio de lo humano.
 Bueno es que la diversidad sexual visibilice la esencia heterodoxa del cristianismo, esto es, su diversidad. Es hora de que muchas iglesias y personas “salgan del closet” teológico, ético y eclesial y muestren esta diversidad sin miedo. Es tiempo de asumir las consecuencias positivas y negativas de anunciar a Jesús y su mensaje, una buena nueva de amor incondicional que muchos rechazan, incluso muchos de los autodenominados cristianos. Es tiempo de superar la homofobia con amor, pues “el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).
Información del grupo “Tal como eres: cristianas y cristianos en Chile por la inclusión de la Diversidad Sexual en las iglesias y en la sociedad”

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