‘Ruega por nosotros’, la novela de Alfonso Carvajal, se basa en el caso una pareja de curas que se mandó matar al saber que uno de ellos tenía sida.
Dos sacerdotes fueron encontrados muertos el 27 de enero del 2011 en el interior de un automóvil en el sur de Bogotá, donde ambos ejercían su ministerio. Según las investigaciones policiales los religiosos Rafael Reátiga, de 36 años, y Richard Píffano, de 37, pagaron 15 millones de pesos (unos 8.435 dólares) a unos sicarios para que los mataran una vez que conocieron que, al menos uno de los dos, tenía VIH.
Alfonso Carvajal novela ahora aquella historia en“Ruega por nosotros”, una rocambolesca historia que el autor ha rescatado porque considera que “periodistas, psiquiatras, fiscales, feligreses han querido echarle tierra y olvidar el caso”. Él, por el contrario, decidió sumergirse en ese sensible y controversial hecho para convertirlo en novela. Lo primero que pensó el escritor cuando se enteró de la noticia fue su parecido con la tragedia Romeo y Julieta. Pero este caso tenía algo que lo hacía aún más escandaloso y es que en este caso se involucraba a una pareja homosexual de curas. Por eso, hay quienes han considerado que Ruega por nosotros es una especie de Romeo y Julieta gay del siglo XXI. “Mientras la Iglesia niegue la sexualidad de sus integrantes, tendrá problemas de identidad y eso no es un asunto menor. Su temor a enfrentar la naturaleza del cuerpo la conduce a un oscurantismo medieval y patético”, asegura el autor.
El reto no era menor, pues no se conocen demasiados detalles de cómo se precipitó la tragedia:“Por azar conocí la versión de los victimarios de los curas, es decir, que ellos pagaron por su propia muerte, y entonces percibí que podría construir una tragedia contemporánea. Vislumbré el final y comencé a trabajar la novela. A arriesgarme a una interpretación psicológica y estética de qué llevó a los protagonistas a una decisión tan dramática”.
Semana.com habló con el escritor, periodista y poeta Alfonso Carvajal, quien también ha publicado otras novelas que tocan en el tema religioso como El desencantado de la eternidad y Hábitos nocturnos.
Semana.com: Cuéntenos brevemente cómo fueron los hechos que inspiraron ‘Ruega por nosotros’
Alfonso Carvajal: Por azar conocí la versión de los victimarios de los curas, es decir, que ellos pagaron por su propia muerte, y entonces percibí que podría construir una tragedia contemporánea. Vislumbré el final y comencé a trabajar la novela. A arriesgarme a una interpretación psicológica y estética de qué llevó a los protagonistas a una decisión tan dramática.
Semana.com: Después de su investigación y de la construcción de esta novela, ¿cuál es su percepción de lo que la Iglesia católica oculta y teme?
A. C.: Mientras la Iglesia niegue la sexualidad de sus integrantes, tendrá problemas de identidad y eso no es un asunto menor. Su temor a enfrentar la naturaleza del cuerpo la conduce a un oscurantismo medieval y patético.
Semana.com: ¿Cuáles han sido las reacciones del público y de la Iglesia frente a la novela?
A. C.: La respuesta ha sido buena, no sé si por curiosidad o qué motivaciones internas tienen los lectores. Para mí, prima lo literario. Este es un trabajo de ficción basado en hechos reales. La Iglesia, como en otros asuntos espinosos, mira para un lado, al vacío, al silencio, pero eso no es nuevo.
Semana.com: ¿Cómo cree que la Iglesia y los curas toman este tipo de textos?
A. C.: Por una fuente sé que un obispo compró dos libros en una Panamericana. El otro día me llamó un cura liberal y me felicitó por atreverme a contar la historia. Creo que el tema moral pasa más por lo humanístico que por cualquier sesgo ideológico, religioso, de género o cultural.
Semana.com: ¿Qué fue lo más difícil de la investigación y de tocar este tema en forma novelada?
A. C.: Lo más difícil fue tener varios temas explosivos entre las manos: lo religioso, la homosexualidad y el sida, y además que es una historia de amor y muerte porque uno de ellos se sacrifica por la relación amorosa que tenían. Y en lo literario, crear la estructura, las voces, el lenguaje, el tiempo y el espacio en que transcurriría la novela. Eso fue una labor que duró un año y medio.