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viernes, 23 de marzo de 2012
El cardenal Martini defiende las uniones civiles de los homosexuales
Religión Digital Mundo
Partidario de la abolición del celibato y del diaconado para las mujeres
El cardenal emérito de Milán, Carlo Maria Martini, se ha mostrado a favor de "cierta estabilidad" para las parejas homosexuales. "Yo no me las tomaría demasiado si el Estado concediera algún beneficio a los homosexuales", afirma el purpurado en el libro "Creer y conocer" (Ed. Einaudi), que saldrá a la venta próximamente y que recoge sus conversaciones con el senador italiano Ignazio Marino.
"No es un mal que, en lugar de relaciones homosexuales ocasionales, dos personas tengan una cierta estabilidad y por lo tanto en este sentido el Estado podría también favorecerlos", subraya Martini, quien insiste en que "yo pienso que la familia tenga que ser defendida, porque es verdaderamente la que sostiene la sociedad de una manera estable y permanente y por el papel fundamental que ejerce en la educación de los hijos".
Martini apoya "el matrimonio tradicional con todos sus valores y estoy convencido de que no deba ser puesto en discusión". No obstante, añade, "si luego dos personas de sexo distinto o también del mismo sexo, ambicionan firmar un pacto para dar una cierta estabilidad a su pareja, ¿por qué queremos absolutamente que no pueda ser?".
"Yo no me las tomaría demasiado si el Estado concediera algún beneficio a los homosexuales", afirma, subrayando que la iglesia católica promociona las uniones que son favorables a la continuación de la especie humana y a su estabilidad", pero añade que no le parece "justo expresar discriminación alguna hacia otros tipos de unión".
En el libro, el cardenal, de 85 años y que vive en Jerusalén, apunta que la pareja homosexual "no podrá ser nunca equiparada en todo al matrimonio". Aunque en este sentido también considera que ni "la pareja heterosexual ni el matrimonio deban ser defendidos o apuntalados con medidas extraordinarias, ya que se fundamentan en valores talmente fuertes que no me parece necesiten una tutela".
Tras ilustrar que está dispuesto a "admitir el valor de una amistad duradera y fiel entre dos personas del mismo sexo", el cardenal Martini rechaza que las uniones gays sean "erigidas como modelo de vida, tal como puede serlo una familia con éxito" o "exhibidas de una manera que ofenda a las convicciones de muchos".
Condena de la pedofilia
Sobre el delito horrible y repugnante de la pedofilia en el interno de la Iglesia, el cardenal Martini es contundente: «Hay que ser inflexibles con quienes tienen inclinaciones por esas patologías peligrosas, y rigurosos para excluirlos de inmediato de la vida sacerdotal y de la consagración religiosa».
Preservativo, mal menor
Por otro lado, hablando de sexualidad, el cardenal Martini advierte: «El uso del preservativo puede constituir en ciertas situaciones un mal menor».
El cardenal Martini, que se muestra abierto a la abolición del celibato para los curas y a favor del diaconado para las mujeres, no elude afrontar los argumentos delicados y las novedades de la investigación, con una premisa: «La historia nos enseña cómo la clausura apriorística de la Iglesia frente a los inevitables cambios ligados al progreso de la ciencia y de la técnica no haya sido nunca de gran utilidad. Galileo Galilei docet».
El arzobispo emérito de Milán, que mantiene gran predicamento, en el mundo católico y laico, por sus escritos y opiniones, cuida mensualmente una página, muy seguida, del «Corriere della Sera», en la que contesta a preguntas de los lectores sobre cuestiones de la fe y de la vida. Con la enfermedad de parkingson muy avanzada y grandes dificultades para hablar, el cardenal Martini ha dicho con serenidad en alguna ocasión que «siento la muerte como inminente»
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