Se trata de grupos como el movimiento unitario, el Judaísmo Liberal, los cuáqueros (que llevan reclamando desde 2009 que el matrimonio religioso entre parejas del mismo sexo sea reconocido civilmente por el Reino Unido), la Iglesia de la Comunidad Metropolitana o la Federación Pagana británica, que hace pocos meses se reunían en Edimburgo para solicitar al Gobierno escocés, que como sabemos ha abierto un proceso de consultas sobre el tema, que permita la celebración de estos matrimonios. Estos grupos consideraron entonces que su prohibición suponía una “importante intrusión” del estado en la libertad religiosa, así como un ataque a la familia. “El hecho de que la mayoría de las parejas gays y lesbianas quieran disponer del derecho a contraer matrimonio tanto civil como religioso es en sí mismo un testimonio del poder de la familia”, señalaba entonces el rabino Mark Solomon, representante del Judaísmo Liberal.
Ahora, una vez que el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo adquiere una dimensión aún mayor tras la decisión del primer ministro británico David Cameron de promover su aprobación, el Movimiento por el Judaísmo Reformado se suma a este grupo de confesiones religiosas. El hecho de que tanto este grupo como el Judaísmo Liberal apoyen el matrimonio igualitario supone que este tiene ya el apoyo de un tercio de la comunidad judía británica.
Conviene precisar que el judaísmo está conformado por ramas y tradiciones dispares entre sí, también en lo que a la aceptación de la homosexualidad se refiere. No faltan las corrientes inclusivas, a las que nos hemos referido en numerosas ocasiones. En junio de 2011, por ejemplo, recogíamos la ordenación de la primera rabina abiertamente lesbiana por parte del Seminario Teológico Judío de Nueva York. Y en diciembre de 2009 conocimos la invitación de Barack Obama a la Casa Blanca a otra rabina lesbiana con motivo de la Hanukkah (Fiesta de las Luminarias). Meses antes conocíamos las tesis de Steven Greenberg, rabino adscrito a la corriente ortodoxa del judaísmo estadounidense y abiertamente gay, que defendía la compatibilidad entre ser homosexual y creyente judío.
Más recientemente, en enero de este mismo año, conocíamos la decisión de la Comunidad Judía de Ámsterdam de suspender a su gran rabino por firmar una declaración que sostiene que la homosexualidad “se puede superar”.
Ya en el terreno de la política, pero sin movernos del debate sobre el matrimonio igualitario en Reino Unido, no podemos dejar de hacer referencia a las muy importantes declaraciones de Francis Maude, destacado político conservador que ejerce como ministro de la Presidencia en el Gobierno de David Cameron. Maude ha advertido este miércoles a su partido que debe apoyar la iniciativa de Cameron para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo si no quieren correr el riesgo de volverse “inelegibles”. “El Partido Conservador sufrirá si lo que se percibe de él es que quiere volver atrás, a una imaginaria edad de oro. No puedes hacer política mirando las cosas por un retrovisor tintado de rosa”, ha argumentado el ministro Maude. “No deberíamos asumir arrogantemente que siempre sabemos lo que es mejor y que la sociedad debe adaptarse a nuestras expectativas en lugar de ser nosotros los que nos adaptemos a los cambios sociales“, ha añadido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario