sábado, 7 de mayo de 2011

Condecoran en Francia al último sobreviviente gay del Holocausto


Rudolf Brazda, el último sobreviviente conocido de los que fueron encerrados en los campos de concentración nazis por su homosexualidad, va a ser nombrado Caballero de la Legión de Honor, la más alta condecoración otorgada por la República Francesa. Brazda, de 97 años de edad, sobrevivió tres años al internamiento en Buchenwald.
Según Philippe Couillet, presidente de la asociación Les Oublié(e)s de la Mémoire (“Los olvidados de la memoria”, que trabaja por la dignificación de las víctimas del triángulo rosa), la recomendación ha partido del primer ministro francés François Fillon.
Couillet declaró que el galardón marca “un paso más en el reconocimiento de la deportación de los homosexuales” y que supone una merecida recompensa a la valentía de Brazda por hablar públicamente de su experiencia.
La condecoración le será otorgada este jueves en una ceremonia en Puteaux (Francia). El galardonado pronunciará un discurso y posteriormente Marie-José Chombart de Lauwe, luchadora de la resistencia y antigua interna del campo de trabajo de Ravensbrück, le hará entrega de la Legión de Honor. Chombart de Lauwe es actualmente la presidenta de la Fundación para la Memoria de la Deportación.
En 2008 Brazda participó de la inauguración del monumento en Berlín a los homosexuales asesinados por los nazis. En octubre del año pasado volvió a hablar con los medios de comunicación y recientemente se ha publicado una biografía, titulada “La suerte siempre volvía a mí. Rudolf Brazda: la supervivencia de un homosexual en el Tercer Reich”, sobre su historia. El autor, Alexander Zinn, prepara también un documental que incluirá entrevistas y el regreso de Brazda a Buchenwald.

El último triángulo rosa

Rudolf era un veinteañero cuando Adolf Hitler llegó al poder en Alemania. En 1934 vivía en pareja con su novio de entonces cuando fue condenado a seis meses de cárcel en virtud de una ley que prohibía la “fornicación entre hombres”.
Expulsado por los nazis a Checoslovaquia, trabajó en una compañía teatral y de opereta hasta que en 1938 volvió a ser detenido y deportado al campo de concentración de Buchenwald en 1941. Allí le obligaron a ponerse el “triángulo rosa”, un distintivo de los homosexuales, y lo sometieron a trabajos forzados. Sobrevivió cuatro años gracias a la “suerte”, como él dice, y a una aventura amorosa con un capo comunista.
Una vez liberado el campo en 1945, se instaló en Francia con su nuevo amor, con quien convivió más de 50 años. «Después de la guerra, tuve una vida muy feliz. Ya no estábamos obligados a escondernos, como antes, cuando se nos consideraba anormales. Pero gracias a Dios, hoy somos libres. No hay nada como la democracia», afirmó con una sonrisa.
Más de 50.000 homosexuales fueron condenados bajo el régimen de Adolf Hitler en virtud de un código penal derogado en 1969. No obstante, esta condición no fue totalmente despenalizada en Alemania hasta 1994.
Las estimaciones cifran entre 5.000 y 15.000 los homosexuales que fueron deportados a los campos de concentración, donde murió más de la mitad por extenuación y malos tratos.

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