viernes, 13 de julio de 2012

La Iglesia Episcopal de EE UU aprueba la ordenación de sacerdotes transexuales y un rito litúrgico de bendición de las uniones homosexuales.


Una excelente noticia que publica El País y que nos informa de nuevos gestos inclusivos de la iglesia episcopaliana -rama estadounidense de la confesión anglicana- cuya conferencia anual de obispos ha aprobado tanto la ordenación de personas abiertamente transexuales (ya permitía la ordenación de personas homosexuales) como la creación de un rito litúrgico de bendición de las parejas del mismo sexo.
La denominación, que aglutina a casi dos millones de fieles, celebra su 77 asamblea general
Ha abierto también la vía a oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo
Los líderes de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, dependiente de la Comunión Anglicana y que aúna a casi dos millones de fieles, votó este lunes a favor de autorizar la ordenación de personas transexuales. Después de que la Cámara de Obispos, que aglutina a sus prelados superiores, aprobara la medida el sábado, la Cámara de Diputados, donde se unen sacerdotes y feligreses, la confirmó el lunes, modificando sus “cánones de no discriminación”, con la finalidad de incluir la “identidad y expresión del género” en ellos.
La Iglesia Episcopal celebra hasta el jueves, en Indianápolis, su Convención General, que es trienal. En ese encuentro, las dos cámaras de gobierno aprueban nuevas normativas para regir los ritos que se administran en los centros de culto episcopales de EE UU. Ahora, en su convención número 77, prohíbe que se le niegue el sacerdocio a cualquier persona que haya sido sometida a un cambio de sexo. Hasta este año prohibía la discriminación en las ordenaciones por otros diversos motivos como la raza, el género, la orientación sexual o el estado civil.
El lunes, la Cámara de Obispos votó además a favor de adoptar un rito para oficiar matrimonios homosexuales, una medida que aun debe confirmar la Cámara de Diputados. Hasta la fecha, los sacerdotes que así lo desearan podían bendecir a parejas gais, pero no casarlas formalmente. El nuevo rito para homosexuales, sin embargo, no sería obligatorio, y aquellos obispos que no acepten las uniones entre personas del mismo sexo se podrían negar a oficiarlo en sus diócesis. El matrimonio gay no es legal a nivel federal en EE UU, aunque sí se ha aprobado en seis Estados y la capital federal.
En realidad, la iglesia episcopaliana no tenía una política definida respecto a la ordenación de personas transexuales, pero los obispos episcopalianos han decidido eliminar cualquier resquicio e incluir de forma expresa entre las condiciones que no pueden ser causa de discriminación la identidad de género. Por lo que se refiere a la creación de un rito común de bendición de las parejas del mismo sexo, los sacerdotes episcopalianos ya podían desde 2009 bendecir este tipo de uniones, pero no existía una liturgia definida y cada uno lo hacía a su modo.
Esta última decisión ha sido tomada por 111 votos a favor, 41 en contra y 3 abstenciones. Los episcopalianos, sin embargo, siguen sin dar el paso de conferir al matrimonio entre personas del mismo sexo el mismo carácter sacramental que al matrimonio heterosexual. La decisión de crear una liturgia específica recuerda, a nivel religioso, lo que las uniones civiles suponen respecto al matrimonio civil: una institución que trata de forma diferente lo que debería ser igual. Se trata, no obstante, de un paso muy significativo, sobre todo teniendo en cuenta la oposición que sus “hermanos” ingleses están mostrando tanto a la aprobación del matrimonio civil entre personas del mismo sexo (propuesta por el Gobierno británico) como a la celebración de uniones civiles en una iglesia o templo religioso, algo que la legislación británica permite de hecho desde el pasado diciembre.
La Iglesia Episcopal de EE UU está afiliada al anglicanismo, que a nivel mundial cuenta con 85 millones de feligreses. Ya en 2009 la Convención General previa autorizó la ordenación de gais y lesbianas, algo que generó tensión con las denominaciones de Reino Unido y África. Previamente, en 2003, una diócesis de New Hampshire, un Estado norteamericano, había elegido al primer obispo homosexual, el reverendo Gene Robinson. Algunas diócesis cambiaron por ello de afiliación, abandonando la Iglesia Episcopal de EE UU y adscribiéndose a la de África.
Nos llena de alegría esta clara afirmación de que la Iglesia Episcopal agradece y aprecia las posibilidades sacerdotales de las personas transexuales, laicas o religiosas”, dijo en un comunicado enviado a los medios la organización TransEpiscopal. “Estamos agradecidos por el gran gesto de apoyo y la gran comprensión hacia los problemas de los transexuales que han demostrado los diputados que representan una gran variedad de regiones y generaciones de esta Iglesia”.
Un largo camino inclusivo
La iglesia episcopaliana es la que dentro de la comunión anglicana ha dado pasos más sólidos hacia la integración plena de sus fieles LGTB. Ya en 2003 hacía historia ordenando obispo a Gene Robinson, abiertamente gay. Y en 2009 rompía con la moratoria autimpuesta años antes por la comunión anglicana y decidía volver a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. En el otro extremo se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas virulentamente homófobas. En medio, tratando de mantener un equilibrio cada vez más precario, la iglesia de Inglaterra con el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, a la cabeza (el arzobispo de Canterbury ejerce además el liderazgo espiritual de toda la comunión anglicana, pese a que las iglesias que la forman se organicen de forma independiente). Equilibrio que en los últimos meses se ha visto sacudido por las iniciativas del Gobierno de Escocia y del propio Gobierno británico sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que están obligando a los anglicanos británicos a posicionarse.
Williams, en su momento considerado un “progresista”, se ha manifestado en contra, argumentando que las leyes no deben promover “cambios culturales”. Pero no todos los anglicanos británicos comparten esta opinión. El reverendo David Chillingworth, cabeza de la iglesia episcopaliana escocesa (con pocos seguidores, pero de indudable importancia simbólica) se ha manifestado a favor de que se discuta el tema. Y el arzobispo de Gales, Barry Morgan, máxima autoridad de la iglesia de Gales (formalmente independiente de la iglesia de Inglaterra desde 1920) se ha mostrado partidario de aceptar con naturalidad la aprobación del matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
Rowan Williams ha anunciado por cierto su retirada en unos meses, lo que abre un nuevo pulso de poder en el seno de los anglicanos que puede dar al traste con el equilibrio entre conservadores y progresistas que el arzobispo de Canterbury ha mantenido a duras penas.

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