martes, 10 de abril de 2012

María José Rosillo, exmonja lesbiana: ‘Es posible la integración de fe católica y homosexualidad’.


La fe es a veces contradictoria a los dictámenes de nuestro corazón. Es el caso de María José Rosillo Torralba, una sevillana, psicóloga, educadora social y teóloga feminista, a la que al igual que otras muchas mujeres, su orientación sexual ha chocado de bruces con su fe católica.
maria jose rosillo07/04/2012 – María José Barco | Inscrita con apenas 3 añitos en un colegio religioso, tuvo pronto muy claro una idea: Santa Teresa sería su ejemplo a seguir. “Me hablaron del poder de Teresa, que en ningún momento dudó de seguir a su corazón, a pesar de la incomprensión, las críticas o las amenazas”.
A principios de los 80, María José comenzaría sus estudios en un instituto mixto, donde tendría sus primeros contactos con chicos, e incluso sus primeros “novietes”. Pero esas relaciones le despertaron muchas dudas, que la llevaron a romper con ese aspecto de “chica casamentera” socialmente aceptada.
En esos momentos difíciles, “siempre me sentí protegida por Aquel que me ama, y que nunca dejó de indicarme la dirección de mis pasos”, recuerda María José. Casualidades del destino, la llevan de nuevo a contactar con la congregación religiosa de las teresianas, por quienes María José siente una gran admiración.
El año y medio de formación religiosa es recordado por nuestra protagonista con mucho cariño y nostalgia. Descubrir el valor de la vida comunitaria, las guías de las maestras o la presencia espiritual de Aquel a quien ella tanto amaba, fueron experiencias vitales para ella.
Y es ahí donde se enamora por primera vez de una mujer. En ese momento es capaz de poner nombre a esos sentimientos que en el pasado sintió por compañeras de clases o mentoras religiosas, por las que sentía una gran admiración.
Su deseo de ser coherente consigo misma y sus valores, la empujan a tomar una difícil decisión y abandona la congregación de las teresianas. No puede seguir con la vida que llevaba enamorada de otra mujer, compañera de labores religiosas. María José lo recuerda, aún con lágrimas en los ojos, como su gran conflicto, al tener que buscar fuera de la vida que tanto amaba su nuevo rumbo.
Los años siguientes, en la universidad, le llevaron a conocer a personas y sobre todo mujeres, con las que poder hablar abiertamente de sus sentimientos. Pero su situación tampoco era fácilmente comprendida por las personas que la rodeaban. María José se enfrentaba a preguntas tales como, “¿cómo puedes ser lesbiana y católica?”. Ante esta incomprensión, esta sevillana se sintió sola, marginada, perdida en un mundo caótico en el que no encajaba ni en un lugar ni en otro.
Enfadada con Él, era incapaz de dejar de amarle. Si algo tenía muy claro en ese mundo caótico que la embriagaba era que nunca renunciaría a su fe. Y pronto volvería a ver la luz, en la mirada de una mujer que le robaría el corazón y con la que compartiría más de 15 años de amor, comprensión y un feliz enlace matrimonial.
Y su fe continuó siendo su vehículo, que la llevó a formar parte de EFETA (Escuela Teología Feminista de Andalucía), que apuesta por otra Iglesia, más allá de la percepción antropocéntrica del hombre.
Nueva Magdala fue su nuevo destino. “Se trata de un grupo de mujeres homosexuales cristianas interesadas en la integración de la Mujer y de la mujer lesbiana, bisexual y transexual en la Iglesia Católica y en las demás Iglesias cristianas”.
Hace un par de años, conoció a la que hoy en día es su pareja, Mayte. Años de lucha y cooperación en poblados indígenas, hacen de Mayte una mujer fuerte y luchadora, y que poco a poco se hace con el corazón de María José. Juntas, tuvieron que enfrentarse a un momento muy difícil. A Mayte le diagnostican un cáncer endometrio en estado 8. Una vez más, su fe las hace fuertes, y logran superar este bache que les pone el destino. Su fe sale reforzada ante este milagro.
Hoy María José, es una mujer feliz, cuyo principal objetivo es tratar de ser guía, abrir puertas a mujeres que al igual que ella se enfrentan a una dicotomía personal. “Ser testigo de la fe y de la orientación sexual está siendo complejo”, reconoce María José, pero es consciente de la responsabilidad que ha adquirido. “Quizás sirva de testimonio a otras jóvenes católicas inmersas en disyuntivas similares y que creen ser diferentes o enfermas, o así se lo hacen creer posicionamientos políticos o institucionales antievangélicos”.
A través de su blog o incluso de redes sociales como Facebook, no son pocas las mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, que se han puesto en contacto con ella, porque al igual que nuestra protagonista, se sienten perdidas, atrapadas en un mundo donde fe y orientación sexual parecen estar enfrentadas.
“Estoy segura de que Jesús nunca diría nada de estas barbaridades que cada día nos inundan los medios de comunicación y los foros de la familia”, afirma tajantemente, finalizando la entrevista con una cita bíblica del Nuevo Testamento:
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?

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