jueves, 21 de noviembre de 2013

Una vida sin renuncias

Diario Sur de Málaga:

Conchi San Roman Reverenda Presbiteriana «En la Biblia, en realidad, el papel de la mujer no es tan secundario como nos han hecho creer»
Héctor Gónzalez Obispo Presbiteriano «Buscamos personas honestas, sinceras, y sin doble discurso o doble moral»

La vida de Conchi San Román, a primera vista, no dista mucho de la cualquier ciudadano de a pie. Trabaja, está casada, tiene una hija y tres nietos, y usa el tiempo que le queda libre en temas sociales y religiosos. Pese a ello, las circunstancias reales de su contexto la hacen diferente del imaginario que se pueda tener de una historia así.

El pasado domingo, esta mujer fue ordenada la primera reverenda (o pastora) presbiteriana en Málaga, con lo que a partir de ahora se convierte en la persona que lidera la fraternidad apostólica de María, que toma la fe anglicana como referencia. «Estudié dos años de teología, pero ya llevo cinco interesándome en ello», asegura. Aunque de momento sean pocos los fieles que dependen de su trabajo pastoral, las expectativas son de ampliar el número. «Llevamos poco tiempo y aun así ya somos bastantes, así que imagino que cada vez seremos más». Aunque se basa también, como el catolicismo, en los siete sacramentos, San Román afirma que la parte que implica a la tradición, en esta fe, es evolutiva, por lo que «se agregan y quitan cosas con el paso del tiempo».
Además de ser la única mujer que accede a un cargo de este tipo, San Román añade una característica más que hace la historia aún más distinta a lo habitual. En su condición de lesbiana, lleva muchos años practicando el activismo dentro del colectivo LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales). «Yo estudié en un colegio de monjas y siempre creí en Dios, pero es cierto que mis inquietudes espirituales me hicieron estudiar más a fondo una fe que veía muy injusta para alguien como yo, tanto por ser lesbiana como por ser mujer, ya que el catolicismo tiene una evidente jerarquía machista». «Una vez estudiada la Biblia», cuenta, «uno se da cuenta de que la voz de la mujer no es tan secundaria, por eso después de leer las escrituras con paciencia me di cuenta de que había encontrado mi sitio».
Esta luchadora que lleva toda la vida rompiendo moldes tuvo a su hija por inseminación artificial en el año 1990, y pese a tener tres nietos, sigue trabajando el sector sanitario con un horario más que complicado. «Trabajo 24 horas seguidas y descanso otras 24, y en medio uso el tiempo que me queda libre para promulgar la fe y reivindicar los derechos de mi colectivo». Precisamente, San Román es presidenta de la asociación Junt@s Tod@s por la Igualdad, relacionada con una lucha en la que participan por igual las personas homosexuales, transexuales, bisexuales y «por supuesto», las heterosexuales. Aunque esta organización no lleva mucho tiempo funcionando, esta no es su primera experiencia en el campo asociativo. «Hace unos años constituí el partido GLBTHTSI (gais, lesbianas, bisexuales y transexuales hoy todos somos iguales), pero reconoce que el partidismo político no es el ámbito en el que le gusta trabajar.
Ahora se abre un nuevo reto ante ella. Aunar su condición de mujer y de lesbiana para poder dar a conocer una fe que, dice, «es muy tolerante con todo el mundo, independientemente de las condiciones que rodeen a cada persona». Y aunque este trabajo se presente complicado, ella es una mujer que siempre ha tenido mucho por ganar, y que con «tesón e ilusión» afrontará esta siguiente etapa de su vida.

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